martes, 28 de agosto de 2012

Aquí lleva lloviendo todo el día


Empezó dentro, cuando me desperté. Primero escuché un rayo y me tembló todo el cuerpo. Y después empecé a llover. Notaba cómo los cristales de mis pensamientos se empañaban y las gotas caían de mis ojos a los dedos. Tronaba y me despeinaba. Llovía y me salpicaba las sienes. Llovía y me daba latigazos en la nuca.

¿Cómo no va a llover ahí fuera si yo ya no quepo en mí?

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